Larry H. Miller para el que no lo conozca ha sido uno de los personajes más importantes de la NBA. El que hizo realidad que Salt Lake City tuviera un equipo profesional de baloncesto y como aficionado y seguidor aférrimo de los Utah Jazz se nos escapa alguien increible. Un hombre que era mormón hasta la médula y consiguió que su equipo no jugará los domingos para poder ir a todos los partidos, y lo que más admiro de él cuando estaba en las últimas:"sólo espero que me recuerden como un hombre que amó a Utah".
Con él los seguidores de los Jazz y el baloncesto en particular disfrutamos de John Stockton, Karl Malone o Jeff Hornacek. Ahora lo hacemos con Deron Williams, Mehmet Okur o Paul Mislap. Desde la oscuridad lo ha hecho bien gestionando la franquicia y dándole total libertad a Jerry Sloan.
Todo un ejemplo como propietario de una franquicia, gracias Larry H. Miller.
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