Cada vez que uno deja un sitio coges malas artes que son difíciles de quitar, o almenos eso me pasó a mí tras irme de Sol FM, Las Provincias y ahora lo mismo pero en El Información. Tuve la tentación en estos pocos días de llamar por las previsiones del día, por si tenía que ir a algún sitio en concreto, hasta irme para allí tras leer la edición digital como hacía cada mañana durante este verano antes de irme al trabajo.
Según un compañero mío que tuve en la universidad es porque "soy vocacional", pero no creo que sea para tanto, me parece una exageración aunque lo diga todo convencido. Todos cuando entramos en una nueva empresa tenemos la intención de hacerlo bien, de convencer a nuestros jefes o compañeros para que sepán que estás ahí y eres de fiar. Aunque hayas sido el último mono en incorporarte y el más inexperto de todos.
Eso sí, el día que desapareces del mapa es complicado de asumir. Te falta algo, añoras la llamadita desde cierre porque se están acordando de toda tu familia a las doce de la noche, la adrenalina acumulada durante el día, las prisas. Aunque ahora echen lo más grande para mí como el Mundobasket o el Abierto de EE.UU. por televisión, y te quedes mirando la pantalla como un niño pequeño.
De no asimilarlo me acordé hasta del concierto de ayer de Bosé y el del mes pasado donde hubo lluvia. Tuve a los seguratas y organizadores preguntándoles toda la noche y llamando cada poco tiempo al periódico e ir informando de la situación. De lo loco que estoy les mandé hasta un correo un poco subido de tono en plan cachondo ayer. Espero que no estén "ofendidos" con un servidor.
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